jueves, 22 de mayo de 2014

¿ QUÉ CINTURÓN ERES? BÚSCATE

   
bloquinajudo.blogspot.com
 Siguiendo un poco con los cinturones, ya que estamos en época de cambiarlos, la entrada no se centra tanto en el simbolismo del color, sino en la forma de ser o de comportarse del individuo que lleva un determinado color. Es un artículo que me encontré por ahí y me ha parecido divertido. A ver si os sentís reflejados con vuestro color xD.



     Cinturón Blanco. 6º kyu
     Simboliza  la ignorancia y la pureza. Ignorancia porque el aprendiz desconoce totalmente lo que le van a enseñar y la pureza porque sus reacciones son intuitivas, de sorpresa y admiración y no están condicionadas.
     Todo cuanto ve le parece extraordinario, se siente fascinado por todo lo que lo rodea y cualquier compañero le parece un consumado luchador.
     Se pone al final de la clase y se esfuerza más que los de la primera fila, toma al orden y la disciplina como una religión. No desea que se acabe nunca la clase y cuando sale a la calle es un hombre totalmente nuevo. Lo poco que ha aprendido se le hace inmenso. Ve a su instructor y cintos negros como ideales jamás alcanzables. Colaborador y entusiasta, desea practicar el kumite aunque no siempre se anima.

     Cinturón Amarillo. 5º kyu
     Éste es el primer cinturón de color, ha estado muy ansioso en recibirlo y nunca llegaba la hora del examen. Extremadamente nervioso pregunta hasta el último momento que le van a examinar.
     Se supone uno de los premios más importantes de su vida y desea demostrarle a su instructor que no se equivocó cuando se lo otorgó. 
     Mira a los nuevos cinturones blancos con benevolencia y desea ayudarlos para que tengan confianza. 
     En el kumite es discreto, utilizando técnicas que le han enseñado, ya que cuando inicia alguna que ha visto a sus compañeros se da cuenta que le falta mucho entrenamiento para desarrollarla, por eso plantea la necesidad de entrenar todos los días y su interés por las artes marciales es enorme, consulta libros y toda clase de literatura, hasta se interesa por el japonés y la filosofía oriental. Ve a su maestro como a alguien a quien imitar dentro y fuera del dojo.

     Cinturón Naranja. 4º kyu
     En esta etapa la mentalidad cambia totalmente. Piensa que el cinto obtenido no se lo merece y que su instructor se ha precipitado en dárselo, se ve a sí mismo carente de técnica y habilidades, por ello para no sentirse mal, comienza a entrenar mucho más duramente y su actitud en el dojo se hace más responsable que antes.
     Entrena en sus horas libres solo o con sus compañeros, comienza a hacer preguntas de todo tipo y trata de aprender a escondidas katas para categorías más avanzadas, ignora su potencial y la potencia de sus golpes, provocando a veces lesiones a sus compañeros. 
     Lo que más le interesa es perfeccionarse para que sus compañeros no piensen que le han  regalado el cinturón. En el kumite se muestra serio y con algo de dureza. Sus movimientos comienzan a tener plasticidad y efectividad. Siente gran admiración por su instructor y desea pelear con él para demostrar sus progresos, nunca para ganarle.

     Cinturón Verde. 3º kyu
     Es la etapa más difícil y en la cual abandonan muchos de los alumnos, incluso los que han logrado técnicas superiores.
     El cinturón negro lo ve todavía muy lejano y muy difícil, aunque jamás creyó llegar hasta aquí, se da cuenta que apenas sabe nada de las artes marciales.
     Es la etapa del retroceso técnico, del cansancio muscular por los tres años anteriores. Se vuelve más agresivo e intolerante con sus compañeros, pierde un poco de sus habilidades en el combate reemplazándolas por contactos más efectivos.
     Si su instructor no se da cuenta y le habla, explicándole lo normal de esta fase, es muy probable que abandone. Se siente insatisfecho consigo mismo y con el arte marcial que practica. Busca en otras artes marciales técnicas distintas e incluso asiste a clases sin encontrar en éstas lo que busca. 
     Su instructor debe, sabiendo ésto, llevar al alumno a centrarse más en el aspecto filosófico de las artes marciales para encontrar el equilibrio psíquico y anular sus insatisfacciones.
     De no dar resultado, es conveniente pedir al alumno que deje de entrenar por un tiempo pero que asista a la clase como espectador para lograr un deseo de volver a estar practicando aquello que tanto le apasionó.

     Cinturón Azul. 2º kyu
     Éste también es un cinturón conflictivo, pero para el instructor.
     Superada la anterior fase depresiva y de búsqueda, el alumno renace con nuevos bríos y comienza a mirar a su maestro como alguien similar a sí mismo. Ya no lo considera un dios que todo lo sabe y todo lo puede, comienza a encontrarle defectos e incluso a criticarle.
     Las preguntas que le hace son muchas veces para ponerle en aprietos y le propone pelear con demasiada frecuencia. Es poco respetuoso, llega tarde a clases para evitar los calentamientos, es menos colaborador, a veces hace caso omiso a las correcciones de su instructor, no respeta en las prácticas los ejercicios predeterminados, inventando los propios y provocando desatención en las clases.
     La pelea con el maestro alcanzará gran dureza porque el alumno querrá demostrar que él también sabe pegar y lo intentará por encima de todo. Llegado a este punto, el maestro deberá sin más remedio, darle un serio correctivo con el fin de demostrarle que todavía le queda mucho por aprender. Un golpe dado con precisión y dureza, o pedirle que demuestre públicamente lo que sabe hacer, es suficiente para hacerle entrar en razón. 

     Cinturón Marrón. 1º kyu
     Éste es el mejor de los cinturones, tanto para el instructor como para el alumno. Llegado este punto, el tan ansiado cinto negro está a su alcance. Su entrenamiento gana en intensidad y eficacia. Su comportamiento en clase es ejemplar, llega a tiempo, colabora con la clase, aunque es un poco distante con respecto a los cintos más bajos, trabaja sin desaliento y sin concesiones al cansancio, viéndose a sí mismo como ejemplo y pilar del dojo. Perfecciona cada movimiento y cada posición, estudia toda la teoría que llega a su alcance y vuelve a ver a su instructor como aquel dios del principio, defendiéndole siempre, tanto, que pelearía por él si fuera necesario. Se da cuenta que todo lo que sabe se lo debe a su maestro y que todavía le queda mucho por aprender.
     Le gusta pelear con cinturones inferiores tratándolos con rigor y eficacia, con el fin de demostrarles que es un futuro cinto negro. En  las peleas con su maestro se comporta duramente pero con respeto y sin sobrepasarse. Le gustan las exhibiciones en las que realiza las técnicas más complicadas al verse con un nivel de eficacia extraordinario. El único punto negativo sea que no confraterniza con los cinturones blancos y amarillos.




                                                                                                                     Gustavo Antonelli
                                                                                                      3º Dan karate Shin-Shu-Kan

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